lunes, 11 de febrero de 2019

CAUSAS


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CAUSAS 
La deserción encuentra diferentes causas que explican el fenómeno. Las dos causas principales son las intraescolares y las extraescolares.

Intraescolares

Tienen que ver con las causas o factores internas del estudiante. Entre ellas destacan las siguientes:
– Problemas de aprendizaje.
– Falta de motivación y/o interés.
– Vida social activa después de las actividades escolares.
– Poca identificación con la escuela.
– Bajo rendimiento.
– Repetición. Este factor en particular ha ido aumentando con el paso del tiempo. El incremento de la cifra se intensifica, sobre todo en los años de secundaria. Es posible que tenga que ver con el hecho de la falta de adaptación del paso de la primaria a la secundaria.

Extra escolares

En esta categoría confluyen las causas de carácter externo, que van de lo socioeconómico a lo familiar.
– Inserción laboral. Debido a los problemas económicos del núcleo familiar, el estudiante se ve en la necesidad de trabajar y, por ende, abandonar los estudios.
– Embarazo.
– Los padres tienen bajas expectativas en cuanto la formación académica.
– Padres que no han recibido educación.
– Falta de residencia fija.
– Insuficiencia del ingreso en el hogar.
– Escuelas ubicadas a grandes distancias. En vista de ello, los niños deben recorrer varios kilómetros hasta llegar a su destino. Esto incide en la asistencia regular a las clases.
– La deserción de otros familiares.
– Poca conversación sobre la escuela.

Otras causas

Docentes. En un primer aspecto, las malas condiciones laborales en las que se encuentran los docentes tienen un impacto en la deserción. También incide la escasa capacitación y preparación de los mismos.
– Baja asignación al presupuesto escolar, que afecta en la suficiencia de material escolar así como en las condiciones de las escuelas e instituciones públicas.
– Pandillaje.
– Bullying o acoso escolar.
– Estereotipos de género.
– Problemas en cuanto a la edad, nivel cultural o socioeconómico y étnico.

 Falta de apoyo estudiantil

Este tema trasciende el bolsillo de cualquier estudiante, la capacidad de cualquier profesor y el nivel de dificultad de cualquier curso. Involucra todo el proceso académico y de gestión de la institución de educación superior. Los estudiantes pueden estar sufriendo una mezcla de problemas como los que explicamos más arriba.
Es posible que, individualmente nos lleven a dejar los estudios. Sin embargo, cuando se suman dos o más factores, debiera haber una alerta en el campus.

Los estudiantes no dejan la universidad “porque sí”.

Un estudiante puede tener problemas financieros, pero está motivado por su carrera y clases.
  • Es posible que no desee dejar sus estudios, sino negociar una manera de posponerlos uno o dos semestres, y retomarlos después.
  • Sin embargo, si el estudiante no está motivado, las chances de dejar definitivamente los estudios son mucho mayores.
Un estudiante no tiene problemas financieros, pero está reprobando todos sus cursos.
  • Si se le apoya a tiempo, podrá hacerse cargo de ello.
  • Pero cuando el estudiante se ve sobrecargado con materias cada vez más difíciles, que no puede digerir, se dará por vencido.
Un estudiante está reprobando una clase tras otra, pero sigue buscando terminar su carrera.

Si tiene la vocación de transformarse en psicólogo, abogado o enfermera, estará dispuesto a seguir por más años para terminar sus estudios.
Pero cuando le agregamos un sentimiento de desmotivación, en el que el estudiante no sabe hacia donde remar ese barco, es posible que desee irse.


A los estudiantes les tomó un gran esfuerzo y un proceso largo de reclutamiento y admisión antes de poder entrar a la universidad. Por lo tanto, no dejan sus estudios de la noche a la mañana.

Antes de dejar la universidad, pasan por un proceso de reflexión, y es posible que busquen ayuda en algún lugar. Cuando no encuentran la ayuda, entran en un ciclo vicioso de sentimientos encontrados: aislamiento, frustración, una caída en su autoestima, confusión, hasta que se dan por vencido.

Estos son solamente algunos factores que podrían incrementar las tasas de deserción. Su universidad puede encontrar varios otros. Sin embargo, sin importar el motivo, la solución más importante al problema es un accionar académico y un apoyo oportuno al alumno.


Si eso no ocurre, no es solo el estudiante el que reprueba: es la misma universidad la que no cumple con su compromiso con el alumno.
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